Era Miscela,un descubrimiento la noche del 29 de junio. Me puse a buscar en youtube, pero encontré solo canciones de rock. Una sorpresa la presentación de ayer con bases de dubstep que construyeron un oasis electrónico piezado con la melodía de la guitarra. Y todo con ocasión del aniversario de La papa Cósmica.
Sin embargo quedó en evidencia cierta aspereza que tienen los guitarristas para con quienes conducen un mecanimo digital electrónico como un Kaossilator que era ejecutado por su compañera, con bases dubstep. Quedó expresado por el guitarrista en la frase..
"ya.. sigue haciendo tus marcianadas..." mientras tocaba uno de los temas.
Una exploración musical increíble, que rozó marte...y nos traslado a los límites que hoy cruza el Voyager.
El barrio en pie de guerra y con sucesivas pintas (renovadas diariamente) se lleva adelante una batalla en una calle de Surco. El ataque a Andrés Yalán,quien los estafó, según señalan los ancianos, se extiende por varias calles surcanas.
El resultado, casas con carteles y muros pintarrajeados que terminan agrediendo al incauto transeúnte. O al vecino que tiene que cruzar estas calles en busca de la paz del hogar.
He aquí una figura interesante que evoca Ani, y es la del flaneur de Walter Benjamin. Dentro de un reportaje sobre el ocio y el arte aparece este flaneur nuevamente, explicado por Ciro Alegría.
El canto a la ciudad, en este caso a la ciudad de Lima. Es un tema que exploramos en Umbrales con Renato Romero. Como dice Ani Bustamante sobre Chabuca Granda:
"Chabuca nos enseñó que hay que caminar todas las veredas, que hay que aprender a perderse entre olores, azares (...) Hay que escuchar a Chabuca de nuevo. Ella es la que representa lo que muchos filósofos, poetas y escritores han tratado y poetas como Pezoa con su Lisboa, Benjamin con Berlin. Chabuca con su Lima.hay que escucharla con un oìdo mucho más abierto a lo otro."
Aquí pueden escuchar una interpretación de las canciones de Chabuca Granda en la voz de Patricia Saravia y la guitarra de Yuri Juarez:
Este es un post de El sitio de Kinua