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Llamémoslo la red sin cables más actual. Desde las yemas de los dedos hasta la punta de los pies, el cuerpo humano es un conjunto de tubos y túneles palpitantes y en movimiento, llenos de agua salada y capaces de transmitir la savia del siglo XXI: información.
En lo que podría parecer una jugada excesiva para algunos, Microsoft, el gigante informático del software, ha conseguido los derechos exclusivos sobre el empleo del cuerpo humano para actuar como la red de un ordenador. Hace dos semanas, a la empresa se le concedió la patente estadounidense 6.754.472, bajo el título de «Método y aparatos para transmitir energía y datos utilizando el cuerpo humano».
Microsoft tiene pensado utilizar el uso de las propiedades conductivas de la piel para conectar una serie de dispositivos electrónicos por todo el cuerpo, desde bípers y PDA (asistente personal digital) hasta teléfonos móviles y micrófonos, aunque la empresa se muestra inusitadamente evasiva sobre lo que tiene en mente con este asunto.
Según una declaración realizada por el gigante informático, «Microsoft no ha mantenido recientemente ninguna conversación referente a esta patente, y por el momento no se planea el lanzamiento de ningún producto Microsoft que esté en proceso de envío o desarrollo.Es decir, uno de los objetivos de la política de licencias de propiedad intelectual que Microsoft adoptó en diciembre de 2003 es el de proporcionar a otras partes el acceso a los frutos de los casi 7.000 millones de dólares de inversión anual de Microsoft en I+D, sobre todo en innovaciones que no desembocan en la aparición de productos de Microsoft».
De acuerdo con esta patente, la tecnología marca el comienzo de un nuevo tipo de aparatos electrónicos portátiles y que se pueden llevar encima, como pendientes que envían sonidos recibidos desde un teléfono colgado del cinturón, o gafas especiales con cristales en los que se muestran imágenes o secuencias de vídeo.
La conexión de dispositivos electrónicos suscita otras posibilidades.Los amantes de los artilugios tecnológicos podrían disponer un solo teclado para utilizar su teléfono, su PDA o su reproductor de música MP3, además de combinar la potencia de su reloj, bíper y radio en un único altavoz. En el caso más extremo, la tecnología podría combinarse con chips y sensores colocados en el cuerpo y la ropa para percibir las circunstancias cambiantes de la vida diaria y reaccionar ante ellas.
Chris Baber, experto en ordenadores para llevar encima, de la Universidad de Birmingham, considera que «la tecnología se puede hacer a medida, como un vestido. Y al igual que uno se pone un traje determinado según la ocasión, si por ejemplo no quieres que el personal del trabajo pueda localizarte durante un evento social concreto, la chaqueta puede ordenarle a tu móvil que no acepte llamadas de la oficina. O tal vez prefieras ordenarle al móvil que no deseas recibir mensajes de alerta sobre los resultados de los partidos de fútbol cuando estás en una reunión importante».
La tecnología también ofrece la posibilidad de utilizar un conjunto de sensores situados en el cuerpo para controlar la salud. Los pendientes podrían leer el ritmo cardiaco y la pulsera comprobar la composición la transpiración. Junto con otro tipo de información médica, estos datos podrían enviarse a través de la piel hasta un chip central, y así, al estrechar la mano del médico, la información pasaría automáticamente de una mano a otra, y de ahí a un ordenador que actualizaría los informes incluso antes de sentarse en la consulta. Según esta patente, es posible activar un cierto número de dispositivos desde una única fuente de potencia sujeta a la piel.
En un sentido aún más futurista, se propone que una zona de la piel podría actuar como teclado: «La resistencia física que ofrece el cuerpo puede utilizarse para poner en marcha un teclado u otro dispositivo de entrada. La variación de la distancia de contacto en la piel correspondería a las teclas, y así se generarían valores de señal que representarían cada marcación». En otras palabras, se podría teclear sobre la piel del antebrazo.
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Proteger los derechos civiles
Algunos grupos en favor de las libertades civiles ya han expresado su preocupación con respecto a esta jugada de Microsoft. «Las partes del cuerpo, como ocurre en este caso con la piel, no deberían poder patentarse de ninguna manera», defiende Jim Thomas del grupo ETC, que controla los desarrollos tecnológicos. «Tenemos grandes dudas sobre si existirá el derecho a rechazar estos productos tecnológicos, por ejemplo, si se utilizan en dispositivos de rastreo».
Por otra parte, a muchos expertos en este campo les ha sorprendido la concesión de la patente a Microsoft, dado que IBM ya había demostrado que los datos se pueden transmitir a través del cuerpo humano. En 1996, la empresa reveló un prototipo de PAN en la feria industrial Comdex que permitía que dos personas intercambiaran detalles de sus tarjetas comerciales con un simple apretón de manos. Un portavoz de IBM confirmó que la empresa había solicitado varias patentes al respecto, pero que las investigaciones habían avanzado mucho desde entonces.
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