miércoles, febrero 16, 2011

Violencia, ¿vos me querés a mí?



Fragmento de nota en el diario El Clarín: LA NADA EN ESTADO CRUDO

Hasta fines del siglo pasado era cierto que lo que no estaba en la TV no existía. Ahora, eso se puede decir de Internet. El reality es un discurso extraño a la red: su estructura conceptual no tiene nada que ver con la Web. La única producción televisiva argentina que tiene una estructura propia del mundo virtual es Peter Capusotto y sus videos . Es una ficción, una apuesta política, un reality del reality, un noticiero por otros medios, un programa de humor, una selección musical y mucho más. Es el género degenerado. No trata de aparentar medios con los que no cuenta: produce arte desde la precariedad, sabe sacarle el jugo a los inconvenientes.

La gramática del programa (un video musical, un corto de ficción, otro video, otro corto) es elemental. Combina fragmentación y pobreza con una lucidez apabullante. Es el hijo sabio de la cultura web: interconecta fragmentos, trabaja con los desechos. Mezcla, en el personaje del Bombita Rodríguez, la estética pop ingenua del Club del Clan con el discurso político (ni menos pop ni menos ingenuo) de los 70 y hace estallar el sentido común.

No es casual que en el marco de Peter Capusotto y sus videos haya surgido la más interesante obra de arte del siglo XXI: el personaje de Violencia Rivas. Este personaje desopilante problematiza hasta el extremo su propio discurso: ya no es TV aunque se lo produzca en la Televisión Pública. Es el lenguaje futuro que se está haciendo hoy. Es impensable sin el talento de Saborido y Capusotto, pero también sin la existencia de Internet. Viene de la “vieja” escuela televisiva de Chachachá y Todo por dos pesos (es decir: Telecataplum , el humor inglés y absurdo de los ingleses Monty Python y el de los canadienses queers de Kids in the Hall ), pero la supera ampliamente.

Sostiene una posición política y cultural de crítica sistemática (contra todos los poderes), pero esa crítica se da en un contexto de soledad y reviente extremos. El discurso de Violencia Rivas es de una lucidez apabullante; pero esa lucidez no sirve más que para encerrarse a enloquecer. Es a la vez, la diatriba más feroz contra nuestra cultura y la producción más radical que nuestra cultura pudo producir. Es la hija rebelde de la finadita TV, pero ya habla el lenguaje remixado de Internet.
Este es un post de El sitio de Kinua

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