El sábado pasado fuimos a grabar a Pedro Pablo Kuczynski, en la flauta, después de desatado el escándalo del chekeman al tío Baruch.
Sentado al medio de la gran CONCHA, nuestro primer ministro resoplo frente al lleno total, público sentado en un amplio jardín rodeado de esteras. Habría que comparar un concierto de este tipo con alguno europeo. El ambiente era panamericano. Quiero decir, nunca vi tantos paneles publicitarios anunciando diversas marcas - Saga Falabella, Integra, Otto Kunz- metidos en el mismo lugar del concierto. Era como viajar de Lima a Asia por la Panamericana Sur y ser saturado por la publicidad. Quizás intentaban tapar las amplias esteras que aislaban la zona CONCHA del resto del club Las palmas.
Una amiga recordó - "en europa los auspiciadores del concierto salen en el programa al final y en letras chiquititas".
Antes del concierto Martha Mifflin (organizadora del concierto y directora de Filarmonía)hizo un recuento de todos los auspiciadores que hacían posible este concierto - hasta la ropa que lucía Mina Maggiolo- como si no bastase vernos abrumados por la publicidad desafiante.
Poco faltó para que últimase su discurso con un "No se vayan que después de la segunda parte rifaremos los dos meches que tenemos en la entrada".
El concierto sin duda, excelente, grandioso realmente. Y la entrega de los organizadores indudable. Felicitaciones.
Lástima que los auspiciadores sean tan chinches y poco discretos.
Me olvidadaba, al principio del concierto reventaron unos fuegos artificiales por la inauguración de una panaderia de Eisha, a unos 30 metros de la CONCHA de Kuchusco, distrayendo la atención de los asistentes. Felizmente el volumen del megáfono de los desatinados panaderos no era demasiado atronador.
Supongo que en ese momento la Sra. Mifflin estaría buscando un buen rifle de francotirador para acallar esa barahúnda.
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