Todo empieza con el reciente post de don Micke: "Vladimir Putin y su lindo gatito"
Resulta que el pasado martes el primer ministro ruso recibió de regalo de cumpleaños una pequeña tigresa. Y el blogger Micke Arana también se animó a regalar un gato a su esposa Sandrine. Estos felinos me hicieron recordar que una vez estuve en la redacción del diario Ojo y uno de sus fotoperiodistas había cubierto una gatada en Chincha. Desafortunadamente y a pesar de lo buenas que estaban las fotos, ninguna salió en el diario. Buscar sobre las gatadas en internet me ha llevado a encontrar alguna información. Quizá pueda dar pie a un próximo acercamiento a este plato tabú para algunos.
Por un lado una crónica de una celebración casi frustrada, una gatada en "La quebrada" (¿hacienda? ¿cooperativa? ¿restaurante?), posiblemente el 21 o 20 de setiembre, por el día de Santa Efigenia. Incluye cartas cursadas para impedir la gatada bailable.
También el texto No solo el negro come gato del historiador Martín Cabrejos Fernández donde se menciona el Festival del Curruñau. Además se refiere a otros lugares donde se come gato como: Pomabamba (Ancash) y Huari (Lima). Rastrea la herencia española del plato en recetas del siglo XVI.
Otra publicación que aborda la celebración de Santa Efigenia y su asociación con la gatada es esta entrevista de José Gabriel Chueca a Julio Luna Obregón sobre su libro libro Efigenia, la negra santa / Sabino Cañas, gestor de la tradición afroandina.
Wikipedia tiene un artículo sobre la carne de gato, que es muy parecido al texto de Martín Cabrejos Fernández.
Por último este breve informe elaborado por el noticiero Confirmado de TVPERÚ sobre el Festival del Curruñau. Es anunciado de esta manera:
"En Cañete un festival gastronómico tuvo como protagonista al gato. Los comensales degustaron una variedad de potajes preparados con carne de este animal casero"
Y aquí otra gatada, esta vez por el 80 aniversario de Renovación en la Victoria.
Esperar el próximo año... pendiente de probar.
2 comentarios:
La tecnologia de Thompson Grass Valey no puede ocultar el salvajismo que significa sacrificar animales domesticos para una deidad de yeso y pintura negra. Que verguenza!
De que sirve tanta tecnologia cuando lo que mostramos es ignorancia.
como una fiesta religiosa puede convertirse en una matanza sin sentido, eduquen a los pueblos, la ignorancia los lleva a esta salvajada, lejos de la civilizacion, cerca de la barbarie..
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