Aunque me he quedado sin ver puestas de sol
sin caminar por los parques
sin esquivar autos
sin recibir el viento
deteriorante de mi estado laringeo
sin sentir la garúa
sin disfrutar los raros especímenes de las cartas gastronómicas
sin comisiones que cubrir
en suma, privado de mi RL.
afortunadamente puedo transitar por mi SL, donde las dos hábiles piernas no sirven de mucho, pues paro teletransportándome.
Y ensimismarme
quizá el ensimismamiento
y las constantes colgadas (esta máquina no es tan potente)
me lleven también al aislamiento digital
una Second Life para esta maltratada anatomía.
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